domingo, 14 de octubre de 2007

Flores de Octubre

Aunque parezca una contradicción también existen bellas flores en la otoñá verata. El equinoccio de otoño marca el inicio de una nueva estación en estas tierras con sus propios ritmos y su romanticismo único. La llegada del viento Ábrego o El Gallego del Atlántico cargado de lluvia y humedad, algunos autores denominan a este fenómeno el monzón extremeño, produce un paisaje rico en matices y texturas. Árboles, arbustos y plantas de ciertas especies viran hacia los colores cálidos: amarillo, ocre, marrón, naranja y rojo; y otras especies viran hacia colores fríos, algunas hojas se tiñen con tintes púpuras, violáceos y negros. Las flores otoñales destacan en el follaje con una coloración mayoritariamente blanca, teñida con el rosa, el púrpura, el azul y el violeta. Aquí muestro dos especies veratas que alegran el campo estos días, se trata de dos bulbos, que con la vara de la cebolla marrana, albarrana o ceborrancha, son de mis flores otoñales favoritas, unidas a las correrías infantiles y a las salidas al campo a por setas. La primera pertenece a la familia de las Amarilidáceas, y la segunda a la familia de las Liliáceas.

Campanilla de Otoño. (Leucojum Autumnale).

Planta con bulbo de 2 x 1,5 cm. Hojas filiformes que surgen iniciada la floración. Tallo endeble de color marrón-púrpura. Tiene entre 1 y 3 flores colgantes acampanadas situadas sobre pedúnculos florales arqueados en su extremo. Cada flor consta de seis tépalos libres, de color blanco-lácteo con la base ligeramente rosada. Florece desde mediados de septiembre a principios de noviembre; en La Vera, podemos encontrarla entre matorrales y en pastizales agostados.
Foto realizada en la Fuente Moreno de Villanueva de la Vera en octubre de 2007.

Quitameriendas o merendera montana. (M. Pyrenaica).

Planta con pseudobulbo alargado y carente de tallo. Las hojas aparecen después de la floración. Flores solitarias, excepcionalmente 2 por tubérculo. Constan de 6 segmentos florales idénticos -tépalos-, de color blanco en la base y liláceo el resto, con caraterística forma de estrella. Pueden medir hasta 6 cms. de longitud y 1 cm. de anchura. Cada tépalo lleva soldado en su base un estambre cuya antena es más larga que el filamento. Florece a principio del otoño. En La Vera es muy común en eras y prados agostados y en pastizales serranos.
Foto realizada en la orilla derecha del Tiétar en La Aldea-Tudal en octubre de 2007.

Los datos de las flores han sido extraídos de la obra de F. Durán y J. R. Gil: Guía de las Flores de Extremadura. (1992). Fondo Natural. Ávila.

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