Aunque parezca una contradicción también existen bellas flores en la otoñá verata. El equinoccio de otoño marca el inicio de una nueva estación en estas tierras con sus propios ritmos y su romanticismo único. La llegada del viento Ábrego o El Gallego del Atlántico cargado de lluvia y humedad, algunos autores denominan a este fenómeno el monzón extremeño, produce un paisaje rico en matices y texturas. Árboles, arbustos y plantas de ciertas especies viran hacia los colores cálidos: amarillo, ocre, marrón, naranja y rojo; y otras especies viran hacia colores fríos, algunas hojas se tiñen con tintes púpuras, violáceos y negros. Las flores otoñales destacan en el follaje con una coloración mayoritariamente blanca, teñida con el rosa, el púrpura, el azul y el violeta. Aquí muestro dos especies veratas que alegran el campo estos días, se trata de dos bulbos, que con la vara de la cebolla marrana, albarrana o ceborrancha, son de mis flores otoñales favoritas, unidas a las correrías infantiles y a las salidas al campo a por setas. La primera pertenece a la familia de las Amarilidáceas, y la segunda a la familia de las Liliáceas.

Planta con bulbo de 2 x 1,5 cm. Hojas filiformes que surgen iniciada la floración. Tallo endeble de color marrón-púrpura. Tiene entre 1 y 3 flores colgantes acampanadas situadas sobre pedúnculos florales arqueados en su extremo. Cada flor consta de seis tépalos libres, de color blanco-lácteo con la base ligeramente rosada. Florece desde mediados de septiembre a principios de noviembre; en La Vera, podemos encontrarla entre matorrales y en pastizales agostados.
Foto realizada en la Fuente Moreno de Villanueva de la Vera en octubre de 2007.
Quitameriendas o merendera montana. (M. Pyrenaica).
Foto realizada en la Fuente Moreno de Villanueva de la Vera en octubre de 2007.

Planta con pseudobulbo alargado y carente de tallo. Las hojas aparecen después de la floración. Flores solitarias, excepcionalmente 2 por tubérculo. Constan de 6 segmentos florales idénticos -tépalos-, de color blanco en la base y liláceo el resto, con caraterística forma de estrella. Pueden medir hasta 6 cms. de longitud y 1 cm. de anchura. Cada tépalo lleva soldado en su base un estambre cuya antena es más larga que el filamento. Florece a principio del otoño. En La Vera es muy común en eras y prados agostados y en pastizales serranos.
Foto realizada en la orilla derecha del Tiétar en La Aldea-Tudal en octubre de 2007.
Foto realizada en la orilla derecha del Tiétar en La Aldea-Tudal en octubre de 2007.
Los datos de las flores han sido extraídos de la obra de F. Durán y J. R. Gil: Guía de las Flores de Extremadura. (1992). Fondo Natural. Ávila.
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